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Desintoxique su hígado de forma natural - Cómo mantener la salud de su hígado con hierbas y sustancias vitales

El hígado es nuestro órgano de desintoxicación más importante. Garantiza que los productos metabólicos, el alcohol y las toxinas ambientales se conviertan en inofensivos y se excreten. En el mundo moderno, se enfrenta a diario a este reto: Los productos acabados contienen conservantes, colorantes y grasas de origen industrial, mientras que la contaminación ambiental, como los gases de escape, los pesticidas y los residuos de medicamentos, se añaden a la mezcla. Si quiere desintoxicar su hígado, no debe pensar en un milagro radical, sino en un apoyo a largo plazo. Una dieta equilibrada, ejercicio regular, evitar medicamentos innecesarios y un consumo responsable de alcohol son esenciales.

Cómo funciona el hígado y qué lo estresa

Nuestro hígado pesa alrededor de 1,5 kilogramos y está situado en la parte superior derecha del abdomen. Produce bilis, almacena glucosa, utiliza nutrientes, descompone hormonas y también es un filtro para las toxinas de la sangre. Las sustancias nocivas son transformadas por enzimas especiales y excretadas en la bilis o por los riñones. Si la carga es demasiado elevada, por ejemplo debido al consumo habitual de alcohol, demasiado azúcar o medicamentos, las células hepáticas se vuelven grasas o se inflaman. Sin embargo, muchos enfermos sólo sienten síntomas como cansancio, sensación de presión en el abdomen o coloración amarillenta de la piel en una fase avanzada.

Por eso es tan popular la limpieza hepática como medida preventiva. Pero no sustituye al tratamiento médico. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aún no ha confirmado que ningún complemento alimenticio tenga un efecto curativo sobre las enfermedades hepáticas. No obstante, existen sustancias vegetales que, según los estudios, pueden favorecer la función hepática y que se explican a continuación.

Cardo mariano: un clásico para el hígado

El cardo mariano (Silybum marianum) contiene una mezcla de flavonolignanos, la silimarina. Ésta actúa como antioxidante y se utiliza desde hace siglos para el cuidado del hígado. Un amplio metaanálisis de 55 estudios aleatorizados con un total de 3.545 participantes demostró que la silimarina reduce significativamente tanto la alanina aminotransferasa (ALT) como la aspartato aminotransferasa (AST), mientras que no tiene un efecto claro sobre la fosfatasa alcalina[0]. El efecto fue especialmente visible en personas menores de 50 años y a dosis bajas (<400 mg). Los autores concluyeron que la silimarina podría ser especialmente beneficiosa en enfermedades metabólicas como el hígado graso[1].

Dado que el cardo mariano también puede interactuar con ciertos medicamentos, no debe tomarse sin consultar al médico. En Alemania, se vende como suplemento hepático en farmacias y tiendas de dietética. Asegúrese de elegir un preparado estandarizado con un contenido claro de silimarina.

Extracto de alcachofa - sustancias amargas para la digestión

Las alcachofas (Cynara scolymus) no sólo son sabrosas, sino también ricas en sustancias amargas como la cinarina y el ácido clorogénico. Estas sustancias estimulan el flujo biliar y tienen un efecto antioxidante. Una revisión sistemática de ocho estudios clínicos investigó el efecto del extracto de hoja de alcachofa en personas con enfermedades hepáticas. El resultado: la toma del extracto redujo significativamente tanto la ALT como la AST, especialmente en estudios de hasta ocho semanas de duración o con una dosis superior a 500 mg diarios[2]. Los investigadores destacan que las alcachofas tienen polifenoles antioxidantes que neutralizan los radicales libres[3]. Por tanto, una cura hepática con alcachofas puede ayudar a mejorar la digestión y favorecer el flujo de bilis. Sin embargo, su sabor amargo no es del gusto de todos, por lo que muchos optan por las cápsulas.

Diente de león: más que una mala hierba

Para muchos, el diente de león (Taraxacum officinale) no es más que una mala hierba, pero su raíz contiene inulina, flavonoides y sustancias amargas. Un estudio con animales probó el efecto de un extracto de raíz de diente de león en ratas con insuficiencia hepática aguda. La administración del extracto redujo significativamente la AST, ALT, fosfatasa alcalina, gamma-GT y bilirrubina total y mejoró la capacidad antioxidante de la sangre[4]. También redujo el daño hepático histológico[5]. Aunque estos resultados son prometedores, no pueden trasladarse de forma exclusiva al ser humano. No obstante, el diente de león se utiliza en la medicina popular como desintoxicante natural, normalmente en forma de té o tintura. Debido a las sustancias amargas que contiene, puede estimular el flujo de bilis.

Curcumina: una especia amarilla con límites

La curcumina es el colorante amarillo de la especia cúrcuma. Tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, pero se absorbe mal. Un metaanálisis de 14 ensayos clínicos con pacientes que padecían hígado graso no alcohólico reveló que la curcumina no tenía ningún efecto significativo sobre la ALT o la AST[6]. Sin embargo, fue capaz de reducir el perímetro de la cintura y los triglicéridos[7]. Otro estudio controlado investigó una forma fitosomal más absorbible: 250 mg de esta forma de curcumina redujeron el hígado graso, la fibrosis y la presión arterial al cabo de 12 semanas, pero no afectaron significativamente a los valores hepáticos[8]. Por tanto, la cúrcuma no debe faltar como especia en la cocina, pero como suplemento dietético sólo debe tomarse consultando a especialistas.

Té verde: catequinas para el hígado

El té verde contiene catequinas como el galato de epigalocatequina (EGCG), que neutralizan los radicales libres y estimulan el metabolismo. En un estudio doble ciego, 80 personas con hígado graso recibieron 500 mg de extracto de té verde o un placebo. Al cabo de 12 semanas, tanto la ALT como la AST disminuyeron significativamente en el grupo del extracto, mientras que no se observó ningún cambio comparable en el grupo del placebo[9]. Los autores lo atribuyen a los antioxidantes del té y a una mejora del metabolismo de las grasas[10]. Por lo tanto, se recomienda el consumo regular de té verde como parte de un programa de desintoxicación, aunque se debe tener cuidado para garantizar un contenido moderado de cafeína.

Ácidos grasos omega-3: grasas esenciales para el hígado

Los ácidos grasos omega-3 procedentes del aceite de pescado y de las microalgas mejoran los niveles de lípidos en sangre y tienen un efecto antiinflamatorio. Un metaanálisis de 2024 recogió 15 ensayos aleatorizados y descubrió que los suplementos de omega-3 reducían significativamente tanto la ALT como la AST (diferencia media -2,12 y -1,50 respectivamente), al tiempo que mejoraban los triglicéridos y el colesterol LDL[11]. Los autores concluyeron que los PUFA omega-3 no sólo estabilizan los valores hepáticos, sino que también favorecen la salud del corazón.

El aceite de linaza, las nueces y el pescado azul de mar, como el salmón, son fuentes naturales de estos ácidos grasos. Los que siguen una dieta vegana pueden utilizar aceite de microalgas.

N-acetilcisteína (NAC) - precursor del glutatión

La N-acetilcisteína es una sustancia antioxidante precursora del glutatión. En un pequeño estudio aleatorizado, se administró NAC o vitamina C a 30 personas con hígado graso no alcohólico. Al cabo de tres meses, los niveles de ALT descendieron significativamente en el grupo de NAC, mientras que los de AST y fosfatasa alcalina se mantuvieron sin cambios[12]. Los autores interpretaron el descenso de ALT como un indicio de que la NAC reduce el almacenamiento de grasa y los procesos oxidativos en el hígado. La NAC es de venta libre, pero también se utiliza como medicamento para la intoxicación por paracetamol. Cualquier persona que desee utilizarla como tratamiento desintoxicante del h ígado debe consultar previamente con un médico.

Schisandra y sesamina: el poder de las bayas asiáticas

La Schisandra chinensis, también conocida como baya china, es rica en lignanos. Un estudio aleatorizado y controlado con placebo realizado en Taiwán administró una mezcla de extracto de fruto de Schisandray sesamina a 20 sujetos con enzimas hepáticas elevadas. Al cabo de cinco meses, la ALT y la AST se redujeron significativamente, mientras que la bilirrubina permaneció inalterada[13]. Además, la capacidad antioxidante de los participantes aumentó y el hígado graso mejoró según los exámenes ecográficos[14]. El mecanismo se atribuye a lignanos como la schisandrina B, que eliminan los radicales libres. Los preparados de schisandra se utilizan en la medicina china para fortalecer el hígado.

Regaliz: tomar con precaución

La raíz del regaliz (Glycyrrhiza glabra) contiene glicirricina, una sustancia dulce que puede influir en la función suprarrenal. Un estudio doble ciego en el que participaron 60 mujeres con hepatopatía grasa no alcohólica investigó si 1000 mg de regaliz en polvo mejoraban la función hepática. Tras 12 semanas, el valor de ALT en el grupo de regaliz disminuyó significativamente; al mismo tiempo, mejoraron los niveles de insulina, la resistencia a la insulina y los hallazgos ecográficos del hígado graso[15]. Estos efectos se produjeron en comparación con el grupo placebo a pesar de la misma reducción de peso mediante dieta y ejercicio. Sin embargo, el regaliz puede aumentar la tensión arterial en individuos sensibles; por tanto, las personas con hipertensión o embarazadas deben tener cuidado.

Resveratrol - polifenol de la uva

El resveratrol es una sustancia vegetal secundaria procedente de la piel de la uva y también se encuentra en los cacahuetes y las bayas. Un estudio iraní administró a 50 pacientes con hígado graso 500 mg de resveratrol o un placebo. Ambos grupos recibieron recomendaciones sobre dieta y ejercicio. Al cabo de 12 semanas, los niveles de ALT, de inflamación y de hígado graso mejoraron más en el grupo del resveratrol que en el del placebo[16]. La hipótesis de los investigadores es que el resveratrol disminuye la actividad del factor de transcripción proinflamatorio NF-κB y reduce la promoción de la apoptosis celular[17]. Aunque estos resultados son alentadores, no se recomienda su uso prolongado debido a la falta de datos a largo plazo.

Otros nutrientes y consejos para un estilo de vida respetuoso con el hígado

Además de las plantas y sustancias vitales mencionadas anteriormente, existen otros factores que contribuyen a la salud del hígado:

  • Colina y betaína: estas sustancias son importantes para el metabolismo de las grasas y se encuentran en los huevos, la remolacha y las espinacas. Ayudan a normalizar los niveles de homocisteína y, por tanto, pueden reducir la formación de hígado graso.
  • Vitaminas A, C y E: actúan como antioxidantes y protegen las células hepáticas de los radicales libres. Sin embargo, una sobredosis de vitamina A puede ser tóxica, por lo que es preferible una dieta variada.
  • Sustancias amargas: Además de las alcachofas, la genciana, el ajenjo y la milenrama también estimulan el flujo de bilis. Las sustancias amargas pueden tomarse en forma de infusiones o gotas y favorecen la digestión.
  • Dieta baja en proteínas y rica en fibra: La fibra fija las toxinas en los intestinos y favorece la eliminación. Los productos integrales, la fruta y la verdura deben dominar la dieta.
  • Reducir el consumo de alcohol: El alcohol es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades hepáticas. Incluso en pequeñas cantidades puede tener un efecto perjudicial en un hígado graso ya existente.
  • Ejercicio regular: El ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a descomponer las grasas. Ambos protegen al hígado de la degeneración grasa.
  • Dormir lo suficiente y reducir el estrés: El estrés crónico favorece la inflamación del organismo. Las técnicas de relajación como el yoga y la meditación tienen un efecto positivo indirecto en el hígado.

Críticas a las curas de desintoxicación y mitos

Gran parte de lo que se comercializa como "desintoxicación" se basa en mitos. El hígado no puede "limpiarse" con curas de zumos o dietas extremas. Necesita un aporte constante de nutrientes y una reducción de la carga tóxica. Los laxantes o los métodos de ayuno radical tienden a sobrecargar los órganos digestivos. La idea de estimular el metabolismo con un consumo extremadamente elevado de proteínas también puede ser perjudicial, ya que los productos de descomposición de las proteínas suponen una carga adicional para el hígado. Por lo tanto, quien desee tratar el hígado graso debe centrarse en un cambio a largo plazo en la dieta, suficiente ejercicio y una reducción moderada de calorías.

Testimonios: ¿Qué dicen los usuarios?

En Internet se pueden encontrar muchos informes de experiencias de desintoxicación hepática. Algunas personas afirman que se sienten con más energía, menos hinchadas o que su piel tiene mejor aspecto después de una desintoxicación. Estos éxitos suelen ir acompañados de un cambio general en la dieta y un aumento del consumo de alcohol, que alivia los intestinos. Los informes de experiencias acreditadas aconsejan no confiar únicamente en los productos, sino someterse a controles periódicos de la función hepática por parte de un médico. Además, las mujeres embarazadas, las madres lactantes y las personas con enfermedades crónicas deben pedir siempre consejo médico antes de utilizar productos de desintoxicación.

Recetas prácticas para el día a día

La ayuda natural al hígado puede aplicarse de forma culinaria. He aquí algunas ideas:

  • Batido detox: Mezcle 1 puñado de espinacas, 1 trozo pequeño de pepino, media manzana, 1 cucharadita de cúrcuma, zumo de medio limón y una cucharadita de aceite de linaza. Este batido contiene sustancias amargas, vitamina C y ácidos grasos omega-3.
  • Té desintoxicante: Un té a base de raíz de diente de león, cardo mariano y hojas de menta favorece la digestión y tiene un agradable sabor amargo.
  • Dieta del hígado - ensalada con alcachofa: Los corazones frescos de alcachofa, la rúcula, los rábanos y un aliño de aceite de oliva, zumo de limón y mostaza son una deliciosa fuente de sustancias amargas.
  • Ayuno hepático - avena con manzana y canela: La avena contiene betaglucanos, que fijan el colesterol, mientras que la manzana aporta pectina. Ambos favorecen un nivel de colesterol saludable.

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Conclusión

Una desintoxicación natural del hígado se basa principalmente en un estilo de vida saludable: menos alcohol, una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y hacer ejercicio. Los estudios científicos indican que determinadas plantas y sustancias vitales pueden favorecer la función hepática: El cardo mariano, por ejemplo, reduce la ALT y la AST[18], el extracto de alcachofa favorece la bilis y reduce los valores hepáticos[19], el té verde y los ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antioxidante[20][21], la N-acetilcisteína reduce la ALT[22], la schisandra y el regaliz mejoran los valores hepáticos y la capacidad antioxidante[23][24]. El resveratrol tiene efectos antiinflamatorios y puede reducir la degeneración grasa del hígado[25]. Sin embargo, estos resultados no han sido confirmados por la EFSA y se necesitan más estudios. Cualquier persona que esté considerando el uso de suplementos dietéticos debe consultar siempre a un especialista.

Fuentes

  1. [1] Hossein Abdi, 2025 ¿Es necesario modificar las prácticas de administración de Silybum marianum (silimarina)? Una perspectiva novedosa y meta-análisis sobre ensayos aleatorizados dirigidos a la lesión hepática. BMC Complementary Medicine and Therapies, 25, 48. DOI: 10.1186/s12906-025-04886-y[26].
  2. [2] Vafa Arman et al, 2022. artichoke supplementation significantly decreases transaminases: A systematic review and meta-analysis. Clinical Nutrition Research, 11(3), 214-224. DOI: 10.7762/cnr.2022.11.3.214[27].
  3. [3] Radu Iacobaşu et al, 2021. Protective effects of Taraxacum officinale root extract against acute on chronic liver failure in rats. Antioxidants, 10(10), 1628. DOI: 10.3390/antiox10101628[28].
  4. [4] Zhila Khalesi et al, 2024 Curcumin and non-alcoholic fatty liver disease: A systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials. Canadian Liver Journal, 7(1), 83-95. DOI: 10.1002/clj.865[29].
  5. [5] Yunes Panahi et al, 2023. phytosomal curcumin improves steatosis and fibrosis but not liver enzymes in patients with non-alcoholic fatty liver disease: A double blind randomised trial. Frontiers in Nutrition, 10, 1179961. DOI: 10.3389/fnut.2023.1179961[30].
  6. [6] Amirhossein Imanieh et al, 2016. extracto de té verde reduce los niveles de ALT y AST en pacientes con enfermedad de hígado graso no alcohólico: Un ensayo clínico aleatorizado. Journal of International Medical Research, 44(9), 1903-1913. DOI: 10.1177/0300060516641838[31].
  7. [7] Ajay Kannan et al, 2024. omega-3 fatty acids for non-alcoholic fatty liver disease: A systematic review and meta-analysis. Cureus, 16(3), e43628. DOI: 10.7759/cureus.43628[32].
  8. [8] Manouchehr Khoshbaten et al, 2010. N-Acetylcysteine improves liver function in patients with non-alcoholic fatty liver disease: A randomised controlled trial. Hepatitis Monthly, 10(1), 12-16. DOI: 10.5812/hepatmon.32703[33].
  9. [9] Hui-Fang Chiu et al, 2013. Mejora de la función hepática en humanos usando una mezcla de extracto de fruta de Schisandra y sesamina. Phytotherapy Research, 27(3), 368-373. DOI: 10.1002/ptr.4702[34].
  10. [10] Pouya Rostamizadeh et al, 2022. effects of licorice root supplementation on liver enzymes, hepatic steatosis, metabolic and oxidative stress parameters in women with nonalcoholic fatty liver disease. Phytotherapy Research, 36(10), 3949-3956. DOI: 10.1002/ptr.7543[35].
  11. [11] Forouzan Faghihzadeh et al, 2014. la suplementación con resveratrol mejora los biomarcadores inflamatorios en pacientes con enfermedad de hígado graso no alcohólico. Nutrition Research, 34(10), 837-843. DOI: 10.1016/j.nutres.2014.09.005[36].
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